miércoles, 10 de junio de 2009


















El río en marea baja,
nos descubre las estacas,
y el terreno que el río, se ha comido.

Los juncos y la playa,
El álamo verde y blanco,
y algunas hojas doradas.

Y allá en el otro lado,
entre eucaliptos, se ve la casa.
Y la huerta de naranjos,
de la familia Peralta.

Destaca el celeste del cielo,
que se funde con el agua.
En este lugar de encanto,
que Las Mimbres,
los cigarreros, le llaman.

Manuel Franco

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